jueves, 10 de septiembre de 2009

So long, Frank Lloyd Wright

Hay algo encantador en eso de mirar fotos antiguas, antes cada foto tenía su valor, eran únicas, no como ahora que podemos sacar un número ilimitado y guardarlas las veces que queramos, seleccionarlas y manipularlas. Tener contacto físico con una instantánea antigua es delicioso. Me pasa muchas veces que al ver álbumes antiguos me transporto a la época y luego me cuesta mantener el contacto con la realidad, choco con ella, y no por nostalgia, creo que es una especie de anacronismo, un error de mi cerebro, como me pasaba cuando de pequeña repasaba revistas de los 70 que tenía mi abuela en su casa (tenía una habitación en el desván sólo para revistas antiguas)


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Mi padre (a la izquierda) en su época universitaria

3 comentarios:

  1. Las fotos (las de toda la vida, no las digitales) siempre me han parecido auténticas ventanas en el tiempo, hasta el punto que de pequeño pensaba que si las miraba desde los lados podía ver lo que había más allá de sus márgenes, como si en vez de ser imágenes planas tuvieran perspectiva, algo parecido a lo que pasa con los espejos.

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  2. Cuando las fotos desaparezcan
    Cuando lo digital se meta hasta detrás de nuestro cerebro
    Cuando veamos normal mirar como tontos a los ordenadores
    Cuando, cuando cuando...

    Esto no hay quien lo pare.

    Hace más frío en el teclado de mi ordenador que en la antártida.

    Los retros del mundo de la fotografía serán olvidados en un rincón por los gurús de los fotogramas...

    Escucho música experimental, es el colmo,
    me gusta,
    es triste,
    lo ignoro.

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  3. hola.
    te encontre por flickr.
    tu blog es hermoso!
    soy thinmoonsugar (en flickr)
    saludos
    xoxo
    c*

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