viernes, 10 de julio de 2009

Muy pronto en mi vida fue demasiado tarde

Mi piano

Retrato de una joven desconocida que tengo desde niña

De vez en cuando me gusta posar mis manos en el piano y sentir algunas partituras olvidadas, tengo algunas que nunca llegué a tocar y otras que de tanto tocar han perdido el sentido y la armonía, a veces la idea de tocar el piano es más bonita que la propia acción, y así pasa con muchas cosas…supongo que se trata de la idealización que uno hace de las cosas…me falta constancia o quizás ganas, o empeño, el caso es que en un minuto se me ocurren mil y una actividades interesantes que luego me cuesta seguir, es mi mente que va más rápida que mi cuerpo y que a veces me agota y me desgasta, y me impide focalizar mi hiperactividad cerebral.

Me he empezado a leer Sonata a Kreutzer de Tolstói y me gusta, es un buen regalo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario