De vez en cuando me gusta posar mis manos en el piano y sentir algunas partituras olvidadas, tengo algunas que nunca llegué a tocar y otras que de tanto tocar han perdido el sentido y la armonía, a veces la idea de tocar el piano es más bonita que la propia acción, y así pasa con muchas cosas…supongo que se trata de la idealización que uno hace de las cosas…me falta constancia o quizás ganas, o empeño, el caso es que en un minuto se me ocurren mil y una actividades interesantes que luego me cuesta seguir, es mi mente que va más rápida que mi cuerpo y que a veces me agota y me desgasta, y me impide focalizar mi hiperactividad cerebral.
Me he empezado a leer Sonata a Kreutzer de Tolstói y me gusta, es un buen regalo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario